JESUS ES DIOS


Algunas sectas fundamentalistas quieren señalar que Jesús es un “dios” pero no Dios, como decimos nosotros los católicos y la mayoría de los cristianos. Quieren rebajar a Jesús a un “dios” de segunda categoría, interpretando erróneamente algunas citas bíblicas. Veamos por el contrario que la Palabra de Dios nos dice perfectamente que Jesús es Dios, al igual que el Padre y el Espíritu Santo. Incluso algunos, más equivocados todavía, insinúan que Jesús es el arcángel Miguel, pero leamos que nos dice la Biblia sobre los ángeles:

Hb 1.14                       Pues todos ellos (los ángeles) no son más que funcionarios espirituales.

                                    A continuación, revisemos los textos bíblicos que nos dicen sin dejar ninguna duda que Jesús es Dios, es el mismo Yavé:

Mt 3.3                         Es a Juan a quien se refería el profeta Isaías cuando decía: Una voz grita en el desierto: Preparen un camino al Señor.

Is 40.3                        Una voz clama: ‘Abran el camino a Yavé en el desierto’.

                                    Isaías dice en su libro “Abran el camino a Yavé” y cuando viene Juan el Bautista dice “Preparen un camino al Señor” refiriéndose a Jesucristo. Pues, aquí nos dice la Escritura que Jesús es Yavé Dios.

Hch 2.16,21,36            …lo que anunció el profeta Joel: … Y todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará… Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús.

Jl 3.5                         Entonces serán salvados todos aquellos que invoquen el Nombre de Yavé.

                                    El profeta Joel nos anuncia que los que invoquen el Nombre de Yavé serán salvados. Tras el acontecimiento de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, el apóstol Pedro – citando al profeta Joel – dice que el que invoque el Nombre del Señor se salvará y, más adelante aclara que este Señor, cuyo Nombre al ser invocado nos dará la salvación, es Jesucristo. En otras palabras para Pedro, el Señor (Jesucristo) es nuestro Dios Yavé.

Jn 8.24-25                   Si no creen que Yo Soy morirán ... Le preguntaron: ‘Pero, ¿quién eres tú?’ …Les contestó: ‘Exactamente lo que acabo de decirles’.

Jn 8.27                         ‘Cuando levanten en alto al Hijo del Hombre, entonces conocerán que Yo Soy’.

Ex 3.14-15                    Dios dijo a Moisés: ‘Yo Soy: YO-SOY’. Así hablarás al pueblo de Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes. Y también dirás:  YAVE, el Dios de sus padres, …, me ha enviado. Este será mi nombre para siempre’.

                                    En las citas anteriores, vemos que Jesús toma para sí, el Nombre mismo de Dios: YO SOY, como lo encontramos claramente en el evangelio de San Juan. La cita tomada del Éxodo, nos recuerda que el Nombre con el cual se identificó Dios en el monte Sinaí, cuando habló a Moisés, fue precisamente YO SOY. Más clara no puede ser la Biblia: Jesús es Dios.

                                    Para terminar, encontramos a continuación citas tomadas de la Sagrada Escritura que refuerzan más lo afirmado: Jesús es Dios. El tomar para sí el título de Dios, fue precisamente uno de los motivos por los cuales los judíos condenaron a Jesucristo, pues consideraban esta afirmación como una blasfemia.

Jn 1.1                           En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Jn 5.18                         Se hacía a sí mismo igual a Dios, al llamarlo su propio Padre.
Jn 10.30                       ‘Yo y el Padre somos una sola cosa’.
Jn 10.33                       ‘No te apedreamos por algo hermoso que hayas hecho, sino por insultar a Dios; porque tú, siendo hombre, te haces Dios’.
Jn 14.9-10                     El que me ve a mí, ve al Padre… ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Jn 17.10                       ‘Pues todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío’.
Jn 20.28                       Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios’.
Hb 1.6                         Al introducir al Primogénito en el mundo, dice: Que lo adoren todos los ángeles de Dios.
Rom 9.5                       Cristo es uno de ellos según la carne, el que como Dios está también por encima de todo.
Fil 2.6                          El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada.
Tit 2.13                        Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro magnífico Dios y Salvador, Cristo Jesús.
Hb 1.5                         En efecto, ¿a qué ángel le dijo Dios jamás: Tú eres mi Hijo, yo te he dado la vida hoy? ¿Y de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un Padre y él será para mí un Hijo?
Sal 2.7                         Voy a comunicar el decreto del Señor: El me ha dicho: ‘Tú eres hijo mío, yo te he engendrado hoy’.
Hb 1.8-9                      Al Hijo, en cambio, se le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siglos… Por eso, oh Dios, tu Dios te concedió…
Sal 145.7-8                  Tu trono, oh Dios, es firme para siempre... Por eso Dios, tu Dios, te dio a ti solo una unción…
2 P 1.1                         … de recibir una fe tan preciosa y ser renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo.
Ap 5.12                       Gritaban a toda voz: Digno es el Cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza.
Ap 5.13-14                  Oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Y los cuatro Seres Vivientes decían el ‘Amén’, mientras los Ancianos se postraban y adoraban.

¿QUÉ ES EL PURGATORIO?


El purgatorio existe, como nos lo enseña la doctrina católica, y es el estado de purificación previo que todos tendremos que pasar, ya sea en esta vida o en la venidera, antes de encontrarnos con Cristo. Es como cuando somos invitados a un banquete: antes de sentarnos a la mesa, es necesario previamente lavarnos las manos para recibir el alimento. ¡Cuánto más es necesario “purificarnos” para entrar al Banquete Celestial!. Las citas bíblicas que fundamentan la existencia del purgatorio son:

2 Mac 12.42                Y rezaron al Señor para que perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros muertos.
2 Mac 12.45                Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio
por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado.
Mt 5.26                        En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.
Lc 12.58-59                 Aprovecha la caminata para reconciliarte con él, no sea que te entregue ante el juez y el juez te entregue al carcelero, y el carcelero te encierre en la
cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
1 Cor 3.13-15              Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. Si lo que has construido resiste el fuego,
serás premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará, pero no sin pasar por el fuego.

A lo largo de nuestra vida cometemos infinidad de pecados, veniales y mortales. El sacramento de la penitencia nos concede el perdón de nuestros pecados confesados, mas siempre queda la culpa por los males cometidos. Precisamente esta culpa es de la cual tenemos que ser purificados, como nos dice la Escritura: no saldremos de esa purificación “hasta pagar el último centavo”.

¿SÓLO ES SUFICIENTE LA FE PARA SALVARSE, O TAMBIÉN SON NECESARIAS LAS OBRAS?


Nuestros hermanos separados dicen que sólo basta la fe para ser salvos, sin embargo, al revisar con un poco de detenimiento la Escritura, vemos que esto no es cierto. Si bien es verdad que Dios nos concede la salvación gratuitamente (por pura gracia), también debemos esforzarnos con buenas obras para alcanzar la salvación. En otras palabras, si decimos tener fe, pero no la traducimos en buenas obras, nuestra fe es inútil, como vemos claramente en los siguientes textos:

Gn 22.16                      ‘Juro por mí mismo – palabra de Yavé – que, ya que has hecho esto y no me has negado a tu hijo …, te colmaré de bendiciones… Y
porque has obedecido mi voz, todos los pueblos de la tierra serán bendecidos a través de tu descendencia’.
Mt 3.8                          Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: ‘Abraham es nuestro padre’.
Mt 3.10                        El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y arrojado al fuego.
Mt 5.16                        Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.
Mt 19.17                      Si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.
Mt 16.28                      Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, …, y entonces recompensará a cada uno según su conducta.
Mt 25.29                      Porque al que produce se le dará y tendrá en abundancia, pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene.
Mt 25.40                      El Rey responderá: “…les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí”.
Mc 10.17,19                Le preguntó: ‘Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?. Jesús le dijo: …Ya conoces los mandamientos: No mates, …
Lc 10.28,37                 Jesús le dijo: ‘¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás’ … Y Jesús le dijo: ‘Vete y haz tú lo mismo’.
Lc 18.18,20                 Le preguntó: ‘Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?’ Jesús le dijo: ‘Ya sabes los mandamientos: no cometas adulterio’
Hch 24.16                    ‘Por eso yo también me esfuerzo por tener siempre la conciencia limpia ante Dios y ante los hombres’.
Rom 2.6                       El (Dios) pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Rom 2.10                     La gloria, en cambio, el honor y la paz serán para todos los que han hecho el bien.
Rom 2.13                     Porque no son justos ante Dios los que escuchan la Ley, sino los que la cumplen.
Rom 6.15                     Díganme: el hecho de que ya no estemos bajo la Ley sino bajo la gracia, ¿nos autoriza a pecar?. Claro que no.
Rom 6.22                     Ahora, en cambio, siendo libres del pecado y sirviendo a Dios, trabajan para su propia santificación, y al final está la vida eterna.
Rom 11.22                   Fíjate que Dios es a la vez bondadoso y severo: … bondadoso contigo, siempre que perseveres en el bien.
Rom 12.9,11,13            Aborrezcan el mal y procuren todo lo buenoSean diligentes y no flojosCompartan con los hermanos necesitados…
Rom 13.13                   Comportémonos con decencia, como se hace de día: nada de banquetes y borracheras, nada de prostitución y vicios, …
1 Cor 6.9                     ¿No saben que los injustos no heredarán el Reino de los Cielos? No se engañen: ni los que tienen relaciones sexuales prohibidas…
1 Cor 15.58                 Dedíquense a la obra del Señor en todo momento, conscientes de que con él no será estéril su trabajo.
2 Cor 5.10                   Hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir …lo que ha merecido en la vida presente por sus obras buenas o malas.
2 Cor 11.15                 Pero su fin será el que merecen sus obras.
Gal 5.6                         Solamente vale la fe que actúa mediante el amor.
Gal 5.21                       Les he dicho, y se lo repito: los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
Gal 6.9                         Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes.
Ef 5.5                           Ni el corrompido, ni el impuro, ni el que se apega al dinero, que es servir a un dios falso, tendrán parte en el reino de Cristo y de Dios.
Ef 6.8                           El Señor retribuirá a cada uno según el bien que haya hecho, sea siervo o sea libre.
Col 1.10                       Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras.
Col 3.23                       Cualquier trabajo que hagan, háganlo de buena gana, pensando que trabajan para el Señor y no para los hombres.
Col 3.25                       El que no cumple recibirá lo que merece su maldad, pues Dios no hará excepciones a favor de nadie.
Flm 6                           Ojalá esa fe se vea en las obras y manifieste todo lo bueno que tenemos en Cristo.
1 Tes 1.3                      Recordamos ante Dios, nuestro Padre, su fe que produce frutos, su amor que sabe actuar.
2 Tes 1.11                    Rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada, … haciendo que su fe sea activa y eficiente.
1 Tim 6.18-19              Que practiquen el bien, que se hagan ricos en buenas obras, … De esta forma … conseguirán la vida eterna.
Tit 3.8                          Una cosa es cierta, y en ella debes insistir: los que creen en Dios han de destacarse en el bien que puedan hacer.
Heb 10.24                    Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien.
Heb 11.7                      Por la fe Noé escuchó el anuncio de acontecimientos que no se podían anticipar, y construyó el arca en que iba a salvarse.
Heb 11.17                    Por la fe Abraham fue a sacrificar a Isaac cuando Dios quiso ponerlo a prueba.
Heb 12.14                    Procuren estar en paz con todos y progresen en la santidad, pues sin ella nadie verá al Señor.
Heb 13.16                    No se olviden de compartir y de hacer el bien, pues tales sacrificios son los que agradan a Dios.
Stgo 1.22                     Pongan por obra lo que dice la Palabra y no se conformen con oírla, pues se engañarían a sí mismos.
Stgo 1.27                     La religión verdadera y perfecta ante Dios, consiste en esto: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus necesidades…
Stgo 2.10                     Porque si alguien cumple toda la Ley, pero falla en un solo punto, es como si faltara en todo.  
Stgo 2.13                     Habrá juicio sin misericordia para quien no ha sido misericordioso.
1 P 1.17                       El Padre que invocan no hace diferencias entre personas, sino que juzga a cada uno según sus obras.
1 P 2.12                       De este modo, esos mismos que los calumnian y los tratan de malhechores notarán sus buenas obras y darán gloria a Dios.
1 Jn 3.18                      Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios para afuera, sino de verdad y con hechos.
2 Jn 8                         Tengan cuidado, para que no pierdan el fruto de sus trabajos, sino que reciban el pleno salario.
Ap 2.23                       Así entenderán todas las Iglesias que yo soy el que escudriña el corazón y la mente, dando a cada uno según sus obras.
Ap 20.12                     Entonces fueron juzgados los muertos de acuerdo con lo que está escrito en esos libros, es decir, cada uno según sus obras.
Ap 22.12                     Voy a llegar pronto y llevo conmigo el salario para dar a cada uno conforme a su trabajo.

                                    Los textos más claros que nos hablan de la necesidad de las obras – producto de nuestra fe – para ser salvos, son los escritos del apóstol Santiago, quien ciertamente nos dice que si uno dice tener fe, pero, que no se manifiesta en obras, ésta resulta vana, esa fe es inútil; pues, el mismo Satanás cree en Dios, pero sin embargo, ya está condenado (Stgo 2.19):

Stgo 2.14                     Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, ¿de qué sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe?
Stgo 2.17                     Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita.
Stgo 2.18                     Y sería fácil decirle a uno: “Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras”.
Stgo 2.20                     ¿Será necesario demostrarte, si no lo sabes todavía, que la fe sin obras no tiene sentido?
Stgo 2.24                     Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo por la fe.
Stgo 2.26                     Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe que no produce obras está muerta.

LOS SANTOS VIVEN, INTERCEDEN Y HACEN MILAGROS


En primer lugar, hay que destacar que todos en la Iglesia estamos llamados a interceder los unos por los otros, es decir, a pedir por las necesidades de los demás. Un despistado, malinterpretando la Palabra de Dios, podría decir que Jesús es el único intercesor o mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2.5), como dice la Biblia y que no hay otro intercesor fuera de El. Pero, hay que aclarar que cuando nosotros intercedemos, al hacerlo en el Nombre de Jesús, y al ser nosotros parte de su Cuerpo Místico, que es la Iglesia (Col 1.18,24), es El quien al fin de cuentas resulta siendo el intercesor. En todo caso, veamos las citas bíblicas que confirman lo que aquí afirmamos: todos en la Iglesia estamos llamados a interceder por los demás, nuestros prójimos:

Gn 18.31                      Abraham insistió: ‘Sé que es una osadía de mi parte hablar así a mi Señor; pero, ¿y si se encuentran allí solamente…?’
Ex 32.30                      ‘Voy a subir donde Yavé. Ojalá pueda obtener por ustedes el perdón de este pecado’
Nm 12.11,13               Aarón le dijo entonces a Moisés: ‘Te lo suplico, Señor, no nos hagas pagar este pecado’. Entonces Moisés suplicó a Yavé
Nm 21.7                      El pueblo fue a ver a Moisés y le dijo: ‘Hemos pecado… Ruega a Yavé por nosotros…’ Moisés oró por el pueblo.
1 Re 13.6                     El rey dijo al hombre de Dios: ‘Por favor, suplica a Yavé, tu Dios, y ruega por mí, para que pueda doblar mi brazo’.
Jer 15.11                      ¿No intercedí ante ti, por mis enemigos, en el tiempo de la desgracia y de la angustia? Tú lo sabes.
Jer 37.3                        El rey Sedecías ordenó … que fueran donde el profeta Jeremías, con este recado: ‘Ruega por nosotros a Yavé’.
Am 7.2             Y dije: ‘Por favor, Señor Yavé, perdona. Pues, ¿Qué será de Jacob, que es tan pequeño?’. Yavé se arrepintió y me dijo: ‘Esto no va a pasar’.
Jb 42.10                       Yavé hizo que la nueva situación de Job superara la anterior, porque había intercedido por sus amigos.
Mt 8.5-6                      Se le acercó (a Jesús) un capitán de la guardia, suplicándole: ‘Señor, mi muchacho está en cama, totalmente paralizado’.
Mt 15.23                      Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: ‘Atiéndela, mira como grita detrás de nosotros’.
Mt 20.20                      Entonces la madre de Santiago y Juan se acercó con sus hijos a Jesús y se arrodilló para pedirle un favor.
Mc 7.26                       Esta mujer era de habla griega y de raza sirofenicia, y pidió a Jesús que echara al demonio de su hija.
Mc 5.23                       Al ver a Jesús, se postró a sus pies suplicándole: ‘Mi hija está agonizando; ven e impón tus manos sobre ella para que se mejore’.
Lc 7.4                          Llegaron donde Jesús y le rogaron insistentemente, diciéndole: ‘Este hombre se merece que le hagas este favor’.
Jn 2.3                           Sucedió que se terminó el vino preparado para la boda … Entonces, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino’.
Hch 8.24                      Simón respondió: ‘Rueguen ustedes al Señor por mí, para que no venga sobre mí nada de lo que me han dicho’.
Rom 15.30                   Pero les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y del amor, fruto del Espíritu, que recen a Dios por mí.
Ef 6.18                         Perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.
2 Cor 1.10-11              (Dios) seguirá amparándonos, siempre que ustedes nos ayuden con sus oraciones. Sin son muchos los que piden por nosotros
2 Cor 9.14                   Rogarán a Dios por ustedes y les tendrán cariño por la maravillosa gracia que derramó sobre ustedes.
2 Cor 13.9                   Y pedimos a Dios que ustedes lleguen a la perfección.
Fil 1.3-4                       Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes, es decir, en mis oraciones por todos ustedes a cada instante.               
Col 1.3                         En  todo momento oramos por ustedes y damos gracias a Dios.
Col 1.9                         Por eso, tampoco nosotros hemos cesado de rezar por ustedes.
Col 4.3                         Oren también por nosotros, para que Dios nos dé palabras y pueda yo anunciar el misterio de Cristo.
Col 4.12                       Es un buen servidor de Cristo Jesús que siempre está orando fervientemente por ustedes para que sean perfectos.
1 Tes 5.25                    Hermanos, rueguen también por nosotros.
1 Tim 2.1                     Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción de personas.
2 Tes 1.11                    Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes.
2 Tes 3.1                      Por lo demás, hermanos, rueguen por nosotros, para que la palabra del Señor prosiga su carrera y consiga el premio.
2 Tim 1.3                     Doy gracias a Dios, a quien sirvo con conciencia limpia …, cuando constantemente te recuerdo en mis oraciones noche y día.
Hb 13.18,19                Rueguen por nosotros, … Les ruego encarecidamente que recen a Dios para que cuanto antes pueda volver a Uds.
Stgo 5.16                     Recen unos por otros para que sean sanados. La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante.

                                    Encontramos también en la Sagrada Biblia, que Dios concede perdón de pecados o bendiciones de todo tipo gracias a la intercesión de una persona santa:

Gn 20.7,17                   ‘El rogará por ti y vivirás’… Entonces Abraham oró por Abimelec, y Dios curó a Abimelec, a su esposa y a sus esclavos.
Nm 14.20                    Yavé respondió (a Moisés): ‘Ya que tú me lo pides, lo voy a perdonar’.
Nm 17.12-13               Aarón puso el incienso e hizo la expiación por el pueblo; se paró en medio de los muertos y de los vivos, y el flagelo se detuvo.
Jb 42.8                         ‘Mientras que mi servidor Job rogará por ustedes… Los perdonaré en consideración a él’.

                                    Los hermanos separados podrán objetar que sí se puede interceder; pero, sólo mientras estamos en esta vida mas no cuando la persona santa está en la otra vida. Para refutar esta posición, veamos lo que nos dice el libro de los Macabeos, donde encontramos que personas santas, ya muertas, pero que por su vida virtuosa están en presencia de Dios en el Cielo, siguen intercediendo por nosotros:

2 Mac 15.14                ‘Este es el que ama a sus hermanos, el que ruega sin cesar por el pueblo judío y por la Ciudad Santa. Es Jeremías, el profeta de Dios’.
2 Mac 15.12                (Judas) había visto a Onías, antiguo jefe de los sacerdotes. Este, con las manos levantadas, estaba orando por toda la comunidad judía.

                                    Leamos; además, que incluso los ángeles y los poderes celestiales, presentan nuestras plegarias ante Dios en el Cielo, en otras palabras: interceden también por nosotros.

Tob 12.12                    Cuando tú y Sara rezaban, yo presentaba tus oraciones al Señor.
Ap 5.8                         Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían … copas llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.
Ap 8.3                         Se le dieron muchos perfumes: las oraciones de todos los santos que iba a ofrecer en el altar de oro colocado delante del trono.
Ap 8.4                         Y la nube de perfumes, con las oraciones de los santos, se elevó de las manos del ángel hasta la presencia de Dios.

                                    Por último, veamos en la Biblia, que los santos han realizado hechos prodigiosos y milagros, incluso después de muertos, porque ellos ya gozan de la presencia de Dios. Lo que podían realizar con el poder de Dios en esta vida, lo siguen realizando ahora con mayor razón, puesto que viven en la presencia continua de Dios:

2 Re 13.21                   Tiraron el cadáver al sepulcro de Eliseo …, pero el hombre, al tocar los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso de pie.
Sir 48.13                      Nada fue imposible para él (Eliseo) y hasta en el sueño de la muerte hizo obra de profeta.
Sir 48.14                      (Eliseo) en vida hizo prodigios, y después de muerto, todavía obró milagros.

                                    Por todas estas razones, es que los católicos creemos firmemente, cimentados en lo que nos dice la Palabra de Dios, que María, los ángeles y todos los santos; están viviendo en la presencia de Dios e intercediendo continuamente por nosotros, alcanzándonos, cuando así es la voluntad divina, las gracias que les pedimos. No son ellos quienes hacen el milagro, es Dios quien a través de ellos nos lo concede.

¿PERMITE LA BIBLIA HACER UNA REVERENCIA ANTE OTRA PERSONA?


Algunos hermanos separados se escandalizan o por decirlo bíblicamente “se rasgan las vestiduras” al ver que nosotros los católicos brindamos reverencia, es decir un respeto especial, a nuestro clero: al Papa, Obispos e incluso a nuestros Presbíteros (sacerdotes). Pero, todo esto no tiene nada de extraño, puesto que en la Palabra de Dios, podemos encontrar un gran número de citas que nos muestran que no existe nada de malo en mostrar reverencia (veneración) a ciertas personas. Claro, no hay que confundir la reverencia con la adoración, la cual sólo y exclusivamente se debe a Dios, pero mientras sea una señal de respeto, cariño o admiración, no está condenada por la Biblia, como podemos leer a continuación:

Gn 33.3                        El (Jacob) mismo… se inclinó siete veces hasta el suelo antes de alcanzar a su hermano.
Gn 33.6                        Se acercaron las siervas de Jacob con sus hijos e hicieron profunda reverencia (ante Esaú).
Gn 33.7                        Se acercó Lía con sus hijos y se postraron; por último … José y Raquel y se postraron (ante Esaú).
Gn 48,12                      José … se postró delante de su padre hasta tocar el suelo con la cara
Gn 49.8                        ‘A ti Judá, …, tus hermanos se inclinarán ante ti’.
Ex 18.7                        Moisés salió al encuentro de su suegro, le hizo una profunda reverencia y lo besó.
Jos 5.14                       Josué se postró rostro en tierra ante el ángel.
1 Cr 29.20                   Y se arrodillaron para postrarse ante Yavé y ante el rey.
1 Cr 21.21                   (Ornán) salió de la era para postrarse ante él (David), rostro en tierra.
1 Re 1.16                     Entró, pues, Betsabé al cuarto del rey (David)… Se arrodilló delante de él, inclinándose hasta el suelo.
1 Re 1.23                     (Natán) se presentó ante él (David), inclinándose profundamente.
1 Re 1.31                     Betsabé se arrodilló, inclinándose profundamente hasta el suelo, y exclamó: ‘¡Qué viva por siempre mi señor, el rey David!’.
1 Re 2.13                     Adonías, hijo de Jaguit, fue a encontrar a Betsabé, madre de Salomón, y se postró ante ella.
1 Re 2.19                     Se levantó el rey (Salomón) para recibirla y se postró ante ella (su madre Betsabé).
1 Re 18.7                     Lo reconoció Abdías y, cayendo con el rostro en el suelo (ante Elías).
2 Re 1.13                     Este (el jefe), al llegar, cayó de rodillas ante Elías.
2 Re 2.15                     Del otro lado lo vieron los hermanos profetas de Jericó. Le salieron al encuentro, se arrodillaron ante él (Eliseo).
2 Re 4.27                     Llegó hasta el hombre de Dios (Eliseo) y se abrazó a sus pies.
2 Re 4.37                     Y, cuando llegó, Eliseo le dijo; ‘Toma tu hijo’. Ella se postró a sus pies y luego salió, llevándose al hijo.
1 Sam 24.9                  Saúl se volvió  para mirar y vio que David estaba inclinado hasta tocar el polvo con su cara.
1 Sam 25.23,24            Cuando Abigail divisó a David, se bajó de su burro, se inclinó ante él y se postró en tierra. Echándose a sus pies …                  
1 Sam 25.41                Ella (Abigail) postrándose en tierra dijo: ‘No soy mas que una esclava para lavar los pies de los que sirven a mi señor David’.
1 Sam 28.14                Saúl comprendió que era Samuel, y se postró hasta tocar el suelo con su cara.
2 Sam 1.2                    Al tercer día, llegó un hombre del campamento de Saúl. Al llegar a David, se agachó tirándose al suelo.
2 Sam 9.6                    Llegando al lado de David, Mipibaal, hijo de Jonatán y nieto de Saúl, se inclinó hasta tocar el suelo con su cara.
2 Sam 14.4                  La mujer fue, pues, a ver al rey, se inclinó hasta tocar el suelo con su cara y dijo: ‘Ayúdame, rey’.
2 Sam 14.22                Joab se puso de rodillas con el rostro en tierra y bendijo al rey (David).
2 Sam 16.4                  Y Sibá, arrodillándose, le dijo: ‘¡No sé como agradecértelo, oh rey (David), mi señor!’.
2 Sam 18.28                Arrodillándose delante del rey (David), Ajimás le dijo: ‘Oh rey, bendigamos a Yavé, tu Dios’.
2 Sam 24.19                Cuando Areuna vio pasar al rey (David) … salió y se postró en tierra.
Dn 2.46                        Al oír esto, el rey Nabucodonosor se arrodilló delante de Daniel y ordenó que se le ofreciera un regalo.
Tob 12.15                    Temblaron entonces (Tobías y Tobit), y los dos cayeron con el rostro en tierra (ante el ángel Rafael).
Rut 2.10                       Al oír esto, Rut se inclinó profundamente hasta el suelo y le dijo (a Booz)…
Jd 14.7                         (Ajior) una vez recuperado, se arrodilló a los pies de Judit y le dijo: ‘Bendita seas en toda Judá …’
Mt 18.26                      ‘El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicándole’.
Mt 18.29                      ‘El compañero se echó a sus pies y le rogaba’.
Hch 16.29                    El hombre … después de encerrar bien a los demás presos, se arrojó temblando a los pies de Pablo y Silas.

              Un hermano separado me escribía alguna vez, diciéndome que las reverencias sólo las encontramos en el Antiguo Testamento, pero como podemos ver en las tres últimas citas, también las encontramos en el Nuevo Testamento. Para contradecir lo anterior, él decía que Pedro no dejó que Cornelio se arrodillase (Hch 10.25-26), lo mismo que el ángel no dejó postrarse a Juan en el relato del Apocalipsis (Ap 19.10). Si bien lo anterior es cierto, lo es a medias, pues en ambos casos se refiere que Cornelio y Juan se postraban con la intención de adorar (lo que sólo se debe hacer ante Dios) y es por tal motivo que fueron prohibidos de arrodillarse. En el ejemplo de Pablo y Silas, vemos que ninguno de ellos prohibió al carcelero postrarse, pues en este caso el carcelero no estaba adorando, lo que sí ocurría en los otros casos, ya mencionados.